TDAH en adultos

Aunque el TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que se manifiesta en la infancia, persiste en aproximadamente el 50% de los casos hasta la edad adulta. Hace años, no existía la tradición de evaluar el TDAH en adultos ni los conocimientos para detectar el TDAH. En consecuencia, hay adultos que llevan toda una vida lidiando con las dificultades que este trastorno conlleva sin haber recibido ni el diagnóstico ni el tratamiento adecuado.

La vida adulta requiere de un ejercicio constante de planificación, gestión del tiempo, autocontrol emocional, resolución de problemas, concentración y atención a los detalles. Estos aspectos dependen del desarrollo de las funciones ejecutivas, que es la dificultad central del TDAH. Un déficit en el desarrollo de las funciones ejecutivas puede interferir y deteriorar considerablemente la vida de la persona, en sus diferentes áreas, desde las relaciones personales hasta el rendimiento laboral. Habitualmente, debido a la persistencia de los síntomas a lo largo de los años, pueden aparecer otras consecuencias negativas en el adulto, como una afectación importante de la autoestima; sintomatología ansioso-depresiva; cambios de humor y sensibilidad a la crítica; baja tolerancia a la frustración y al aburrimiento; graves dificultades en la planificación, organización y cumplimiento de tareas; problemas en la administración económica y dificultades en la relación con los demás, incluso problemas de consumo de tòxicos.

Así, los adultos con TDAH que no han sido diagnosticados ni tratados han estado sufriendo este trastorno de manera crónica desde la infancia. Los síntomas específicos, como la distractibilidad, la desorganización, la dificultad para realizar tareas secuenciales y la impulsividad, pueden haber impedido que las personas hayan podido aprender o utilizar habilidades de afrontamiento eficaces.

Debido a estos síntomas, las personas con este trastorno tienen un bajo rendimiento sostenido u otras experiencias que pueden etiquetar o percibir como “fracasos”. Esta historia de fracasos puede llevar a que las personas con TDAH desarrollen creencias negativas sobre sí mismas, así como pensamientos desadaptativos cuando intentan realizar ciertas tareas de manera eficaz. Estos pensamientos y creencias negativos pueden tener un efecto negativo en la autoestima de la persona e incluso provocar alteraciones del estado de ánimo (depresión, culpa o ansiedad).

En la Fundación Instituto de Psicología estamos especializados en la evaluación y tratamiento del TDAH a lo largo del ciclo vital desde la perspectiva interdisciplinaria que requiere el tratamiento eficaz.