Trastornos de la conducta alimentaria (TCA)

Los TCA son un conjunto de alteraciones graves relacionadas con la ingesta de alimentos, como, por ejemplo, restricción de la alimentación, atracones, obsesión por el peso y la imagen corporal, pérdida de peso, que a menudo están asociados con ciertas características psicológicas como un elevado perfeccionismo, impulsividad, baja autoestima, insatisfacción con la imagen corporal, etc.

Aparecen con mayor frecuencia en la adolescencia debido a la mayor vulnerabilidad que presentamos las personas en esta etapa de la vida, en la que se está formando nuestra identidad y se producen cambios corporales importantes. La incidencia es mayor en mujeres, aunque en los últimos años se ha detectado un aumento en los hombres.

Se caracteriza principalmente por la restricción de la ingesta de alimentos, lo que conduce a un peso inferior al mínimo esperado. La persona niega el peligro que pueda comportar esta pérdida de peso, aunque presente consecuencias físicas como caída del cabello, sequedad en la piel, falta de menstruación, desnutrición y desequilibrios hormonales. La persona experimenta un miedo intenso a ganar peso o engordar y tiene una percepción muy alterada de su propio peso. Además, la persona puede presentar (o no) regularmente atracones y/o purgas, por ejemplo, mediante la provocación del vómito o el uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas. A menudo, realizan ejercicio físico intenso con la intención de seguir perdiendo peso.

Se caracteriza por episodios recurrentes de atracones, que consisten en ingerir en un corto período de tiempo una cantidad de alimentos mayor de la considerada normal, con una sensación de pérdida de control. Además, se llevan a cabo conductas compensatorias inapropiadas como provocar el vómito, uso excesivo de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos, ayuno y ejercicio excesivo. Por sus características, es un trastorno menos visible que la anorexia, ya que no implica necesariamente una pérdida de peso.

Se caracteriza por la presencia de episodios recurrentes de ingesta excesiva con una sensación de pérdida de control. Se diferencia de la bulimia porque no hay comportamientos compensatorios inapropiados. Sin embargo, los atracones son frecuentes, al menos una vez a la semana, y causan malestar intenso en la persona. En la mayoría de los casos, hay un aumento de peso, lo que puede llevar a una situación de sobrepeso u obesidad.